Yo a las montañas grité:
el viento me contestó.
Yo por el mar navegué:
y la marea vaciló.
Yo a los árboles hablé:
sus flores tenían voz.
Yo a un dios recé:
pero de nada sirvió.
Yo mi guitarra toqué:
y una cuerda se quebró.
Yo con el fuego jugué:
aunque otro se quemó.
Yo una vez me enamoré
y perdí toda razón.
Yo un poema recité:
pero, al final, se acabó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario