jueves, 10 de abril de 2014

Caminé

Caminé por las orillas
de los mares sonrojados;
y bañé mis pensamientos
sólo en busca de escarmiento
cuando vi que no tenía 
otra guía que aquel viento.

A las doce no veía
cuántos pasos me quedaban;
mi alma nunca descansaba
de los pasos peregrinos,
ni mis pies jamás sangraron
en arena sucia o limpia.

Caminé vagando en vida,
más errando que en acierto;
y pensando que algún día
mi delirio menguaría,
caminé sin ser amado 
ni pensando que amaría.

jueves, 3 de abril de 2014

Él está loco

Él está loco, pero no sabe que yo lo estoy mucho más.

-¿Qué haces?
-Debe haber alguna forma de autocontrol visual. He leído acerca de ello, y la solución más viable para este tipo de distracciones es la autolesión continua. Cada vez que mi mirada se desvíe hacia ella, me golpearé en la muñeca bien fuerte con esta goma. Se supone que así mi subconsciente aprenderá que no debo hacerlo.
-Tú estás enamorado... no digas tonterías. Desenamorarse no es tan fácil. Y, de todos modos ¿por qué quieres evitarlo?
-No me lo puedo permitir. Odio que esto me haya pasado; nunca en mi vida lo hubiese esperado. Pero es que ella es tan preciosa. Su voz es lo más rico que mis oídos han dejado entrar en esta cabeza llena de locura, y ahora sólo padezco la locura del amor. El amor por unos ojos vidriosos, gigantes y morenos, el amor por unas curvas imposibles, el amor por un cabello que sólo deseo tener en mis manos: largo, suave, brillante. Y si tan sólo fuera por eso. Pero es que también la amo por cómo es, por cómo actúa, por cómo se mueve, por qué dice... por todo, y por nada.
>>Y ahora no puedo dejar de mirarla: no importa qué esté haciendo. Si ella está cerca, me desconcentraré sólo por mirarla y dejaré de ser productivo. Sólo hace falta que esté ahí, y no pensaré nada más que en ella. Si ella no está, simplemente me la imagino. Pero mi imaginación es completamente incapaz de hacer honor a tanta dulzura. Tan sólo quiero volver a estar atento a mi propia vida.
-No te engañes. No puedes olvidar algo así por las buenas: ella está en tu cabeza. ¿No quieres estar tú en la suya?
-No hay cosa que más desee en el mundo en este momento.
-Lo sé. A mí también me pasa.
-¿Cómo?
-No importa.